31 julio 2006

Mensa en elucidación de lunes


Ok, no puedo dormir otra vez. Ya me clavé la pastilla azul y nada. Entonces sigo la misma rutina de los lunes por la mañana. Me siento frente a la PC, abro la pagina de Mensa argentina, miro los posts, nada decente, Oh! Porque los mensapios también postean boludeces… cosas que me proponen un replanteo continuo de lo que es Mensa, de lo que significa la palabra inteligencia, y de otras tantas cosas que no vienen al caso. Todavía recuerdo los fogoneos con gente como Ducados, Kentaro, Lagave, vnieves, y demases (neologismo tomo I), que al menos eran divertidos. La simple palabra Mensa vinculada con Organización trae los siguientes diálogos para aquellos que desconocen.

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PERSONA NO IDENTIFICADA: Che ¿y qué es Mensa?
MENSO FELIZ: Mensa es una organización internacional sin fines de lucro fundada en 1946 en Oxford, Inglaterra, con la intención de identificar personas de todo el mundo con elevado cociente intelectual y ponerlas en contacto a través de publicaciones, encuentros y correspondencia.
PNI: ¿Es una secta?
MF: No, nada que ver. Es como un grupo de amigos.
PNI: Ah… ¿y qué hacen?
MF: Bueno, este… verás… lo que hacemos es juntarnos y… no sé… pasarla bien.
PNI: Ajá, o sea, que no hacen nada…
MF: Lo que hacemos es juntarnos con gente como nosotros…
PNI: Ok, es una especie de discriminación, de eugenesis si querés…
MF: ¿De eu… lo qué? No, nada que ver, lo que hacemos es juntarnos, tomar unas cervezas, de vez en cuando se dan unas charlas re copadas… y todas las reuniones son abiertas a todos.
PNI: Mmmm… Charlas interesantes… Bueno, ¿pero eso no vendría a ser dependiendo de las perspectiva individuales? Y por otro lado, si estás, y las actividades son abiertas ¿para qué estar? Salvo que quieras probarte a vos mismo que sos capaz de ingresar.
MF: Claro, por supuesto.
PNI: A qué.
MF: A lo primero.
PNI: Entonces lo que es interesante para vos puede no serlo para mi, y entonces ta no sería una charla tan copada…
MF: Bueno, pero también podés hacer otras cosas…
PNI: ¿Por ejemplo?
MF: Tenés unos juegos de rol de puta madre…
PNI: Juegos de rol… entonces se juntan a emborracharse, o charlar de cosas que pueden ser interesantes o no serlo…
MF: Estás trasgiversando mis palabras…
PNI: Bueno amigo, no dije ni más ni menos de lo que dijiste vos.
MF: Pero no entendés nada de lo que estoy diciendo, lo que hace Mensa es detectar y fomentar la inteligencia…
PNI: ¿Y cómo es que lo hacen?
MF: Este… bueno, las charlas, los juegos de rol… aparte, para ingresar tenés que dar un examen…
PNI: Ah… un examen…
MF: Si, un test de inteligencia!!
PNI: Claro, es extraño, pero no son pocas las teorías que critican las baterías de tests de inteligencia… y un solo test…
MF: Si, asegura que tenés un CI superior a 130…
PNI: WOW!! Bueno, entonces supongo que con tu ci, que por lo visto es grande como la provincia de Tucumán podrías definir sin problemas el concepto de inteligencia, porque a mi, a pesar de tantos años se me viene escapando.
MF: Bueno, es una pregunta difícil de responder.
PNI: Entonces me estás diciendo que sos miembro de una asociación que pone su punto de selección en algo que no sabes lo que es… bueno, bien.
MF: No, pero si sé lo que es, lo que pasa es que difícil de explicar.
PNI: Bueno amigo, según tengo entendido, cuando uno sabe de lo que está hablando puede ponerlo de infinitas maneras hasta hacer entender al otro.
MF: …
PNI: Ok, ya entiendo qué es: es un montón de gente al pedo, que no tiene otra cosa mejor que hacer.
MF: Pero resolvemos dibujitos re complicados…
PNI: Jajajaja… si amigo, comprendo. Pero si fueras lo suficientemente inteligente, aunque todavía no resolvimos qué es, me podrías hacer callar sin mayor problema, aunque también está el hecho de que no quieras hacerlo.
MF: Si, claro.
PNI: ¿Claro a qué?
MF: A lo que dijiste.
PNI: Ajá. Bueno, disculpá, pero fue divertido escucharte... solo un grupo de muchachos con problemas de identidad... bueno, bien, adiós.

Entonces, Cristian, ¿Por qué sos miembro si te ponés tan ácido con los otros? He encontrado algunos amigos, paradójicamente. Pero de todo lo otro que buscaba cuando ingresé, bueno, absolutamente nada.
Mensa (Por lo menos aquí) es como querer recrear la sociedad, pero fuera de la sociedad, lo que vendría a ser un artificio maravilloso pero imposible, y no mucho menos trivial que el club de los fumadores de la santa pipa.
Entonces, fomentar la inteligencia y esas cosas… bueno, nada de eso, es más bien charlar, juntarse, estar un rato, fastidiarse con algunos, y alegrarse con otros, pero nada fuera de lo normal siempre y cuando hagas tu juicio en forma de sentencia, como sabiendo de lo que estás hablando, aunque la charla se trate de de las victorias de Alejandro en Asia y no entiendas nada. En resumen, lo que en realidad importa son las formas, las maneras, aunque seas un pelotudo marca ACME.
Mensan en crisis.

24 julio 2006

Quo Vadis?


Mientras escucho Caetano Veloso, y me siento el hombre más pelotudo del planeta, voy meditando acerca del destino de mi existencia. Pronto ya serán 25 años de nada –o como le gusta decir al presente pseudo escritor-, de una nada circular y etcetérica.

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Es verdad, estoy bajón, y es el hilo pendular de mi humor que hace que me encuentre así… a veces despierto siendo Eurípides, y otras siendo los desgraciados personajes de Eurípides, con lo cual, la diferencia viene a ser bastante drástica.

Es raro, solo encuentro libertad en dos momentos, una cuando estoy con jugando con mi hijo; la otra cuando estoy escribiendo, y si bien la mayoría de los escritos tienen como destino final el segundo cajón del escritorio, allí van quedando las anécdotas… los retazos de lo que quizás en algún momento quise ser, de lo que también quise tener. Sinceramente me cuesta mirar más allá del hoy. ¿Y qué es lo que veo cuando miro en este instante? A mi mismo y a lo que me va constituyendo, ya que, soy tanto el mundo me és… más allá del bonito juego de pensar en el hombre como hombre y él mismo, hombre y nada.
¿Qué es lo que tengo hoy en tanto yo? Bien, tengo un trabajo en el cual suelo sacudir la cabeza y preguntarme qué diablos estoy haciendo allí, en el que he encontrado algunos grandes amigos –Max, Balti, Hernan, Mariana (aunque me anda hablando poco)-, que hacen la vida soportable allí dentro; actualmente estoy cursando una carrera (Si otra) que no me satisface del todo (Si, otra vez), y en la que también suelo sacudir la cabeza para preguntarme qué diablos estoy haciendo allí; tengo un bagaje de conocimientos que algunos dirán que ejerzo con el puro placer de satisfacer mi ego, otros talvez dirán que es pobre, y otros que es extenso… No me considero erudito, ya que este tiene el defecto de ignorar la duda, volviéndose en su misma contradicción; tengo las armas dialécticas –Ja, no podía escribir y olvidar a mi amiga Luz- que dentro de todo me siguen siendo fieles, o por lo menos no me han dejado dando pasos en falso. Ahora bien, podría prescindir de todo esto, cosa que de hecho hago bastante seguido, y sin embargo, solo una persona quedaría en pie, la misma que aplaca mis colosales y famosos accesos de cólera con solo una sonrisa y un abrazo, robándome una lagrima profunda de emoción. Y luego dice ‘Papá, ¿vamos a pashear?’.

Creo haber dicho más de muchas veces que él es el dueño de mi vida y que mi vida es por él. También creo haberlo hecho al respecto de que suelo aplacar el yo hombre en pos del yo padre, cosa que quizás muchos de los que me han conocido en la etapa anterior de mi vida no crean, ya que ellos aun sostendrán que soy: Yo mismo, para mi mismo, y en pos de mi ego. La palabra clave es esta: Hoy que no puedo ir a verlo me siento mucho más culpable y desdichado que si en realidad fuera culpable de un hecho trágico e irremediable.

El problema es que el yo hombre también existe y por más que intente aplacarlo suelo fracasar en la empresa; entonces me encuentro saltando de cama en cama y de beso en beso sin sentirme parte de ningún lugar. Luego viene el día, la extraña soledad de alguien también imprescindible pero ignorado, que quizás esté y quizás no; tanto así que ya han pasado casi 25 años y todo sigue igual que casi siempre. Entonces aparece mi otra gran amiga, que se llama Graciela, y con cara de pocker me dice: ‘No es que sean todas locas, putas, retardadas, enfermas, estupidas, o etcétera ¿no será que el problema en realidad sos vos? ¿Qué tenés miedo de que todo vuelva a salir mal?’. Esto puede no estar tan equivocado, pero tampoco es tan cierto, últimamente ando con ganas de encontrar a alguien que al otro día esté por el hecho de que yo quiero que esté y no porque haya sido una mera confusión. Y como diría la cita del Cristian de otrora: ‘Nada vivo de este mundo me infunde temor’.

Tengo casi 25 años, y sin embargo siento que tengo muchos más, tengo una nada que es circular y que solo posee dos puntos de quiebre.

Al final, tendré que darle la razón a una vieja cita cuyo autor se me escapa, que dice: ‘Cuando la mierda te llega al cuello lo unico que queda es cantar’.

22 julio 2006

Frack, habanos, y contradicciones


Finalmente arribó Fidel Castro, al Río de la Plata.

Mi primera reacción fue de indiferencia, puesto que ¿Qué diferencia sustancial puede producir para el rumbo nebuloso del orbe, la existencia o no de un tirano latinoamericano dueño de una isla perdida en medio del océano Atlántico?

Lamentablemente, más allá de la impresión inicial, mis cavilaciones continuaron, volviéndose más oscuras, pero por una cuestión que excede a Castro en si.

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Debe ser que aun recuerdo las imágenes de su discurso en la Universidad de Buenos Aires, secundado por su escolta armada. También recuerdo las agrupaciones presentes en dicho momento… pero ¿no eran las mismas que reclaman hoy por los derechos humanos? ¿no eran las mismas que forman hoy multitudinarias marchas? ¿no eran las mismas que irrumpen hoy en la Universidad para evitar las elecciones? ¿no eran las mismas que reclaman hoy por la cabeza de los dictadores vivos? ¿no eran las mismas que hoy dicen luchar por la democracia y la libertad? ¿no son parte de los que hoy vuelven a recibir a Fidel?


Muchas preguntas retóricas vienen a mi mente, pero la respuesta a todas ellas es única e invariable: SI. Obviamente, si estas agrupaciones vivieran en la Cuba de Fidel, no tardarían en acabar en el calabozo, o en su defecto, de dibujar con rojo los ladrillos de un paredón anónimo. Esto es, simplemente, porque Fidel es a Cuba lo que Videla fue a la Argentina: El cáncer de la sociedad civil. La ley de Cuba es simple: Restricción de todo tipo de libertades. Pero no, para estos muchachos –muchos de ellos de mi edad, y otros mayores-, Fidel toma el vector de libertario del oprimido pueblo cubano, confrontador de la política estadounidense; mientras que el balsero que prefiere jugarse la vida corrido por la miseria y el hambre, es un puerco traidor a la causa... pero a esta altura ya me pregunto ¿Qué causa? ¿Cuál causa? No es raro que para el paria social todas las causas no sean más que un efusivo artificio.

Es cierto, la Revolución en manos de Fidel y Guevara fue libertaria en principio, liquidando la corruptela del gobierno de Fulgencio Batista. Pero lo libertario culminó allí donde empezó, ya que no hay cuestión más peligrosa para el hombre que el hombre con vicios del poder y ejercicio del mismo. Afortunadamente, Guevara murió con sus quimeras intactas. Lamentablemente, Fidel vive contemplando la realización de su sueño. Quizás lo único que separe a este pequeño déspota del terror estalinista sea la extensión del territorio.

Lo perturbador de todo va por dos partes. La primera, que mencioné casi al principio, es la gran contradicción de las ‘agrupaciones’, que se autodenominan defensoras de la libertad, y sin embargo ejercen un tipo de adoración casi litúrgica por un pequeño tirano. Pero más aterrador que esto –si bien hay pocas cosas que puedan serlo-, es la gran contradicción de los mandatarios latinoamericanos, al recibirlo como uno más, sobre todo para nuestro propio Doctor K, que ofreciendo su acostumbrado ‘revival setentista’ se olvida de que Fidel también mata.

Muchos dicen que el MERCOSUR hoy vive un corrimiento hacia la izquierda, esto no es falso, ya que hay democracias con presidentes socialistas como Michele Bachelet, Lula Da Silva, y quizás también Tabaré Vásquez. Pero lo que también coexiste en el MERCOSUR, más como región que como mercado, son pequeños autócratas de base legitima que se dicen izquierdistas, como Hugo Chávez Frías, el duro Doctor K, y estimo que en no mucho tiempo más, Evo Morales. Estos últimos aspiran a ser Fidel, pero como una graciosa paradoja del destino, su propia mediocridad se los impide. Quizás a esto deba romper con mi habitual nominalismo y decir ‘Gracias a dios’.

Lo que me molesta de todo esto es el acto hipócrita, el de las agrupaciones de izquierda aquí democráticas, y allá pro Castristas; la gran ceguera kirchnereana, que le impide, aunque más no fuera, mentir coherentemente. Pero no solo esto, intelectuales, escritores, periodistas –algunos los ‘adiktos’ y otros no-, políticos, etcétera, mantienen esta vil canallada de decir ‘Oh tu gran Fidel’.

Por mi parte digo: no a los dictadores, aquí o en cualquier parte; no a los hipócritas, a los falsarios, a los cobardes… Pero al fin, todo esto que digo quedará maniatado por la atrofia intelectiva que requiere nuestro Gran Gobierno.

18 julio 2006

Little Wing

G3 Little Wing Jam



Tres guitarristas geniales de estilo diverso, haciendo este tema de Hendrix. Todos llevamos en el corazón la versión de SRV, pero lamentablemente no la pude encontrar. Quizás los músicos entendamos la sagrada frustración de escuchar a estos tres genios con adoración casi liturgica.
Sencillamente sin palabras.

13 julio 2006

36

Mi lamentable afición de lector me ha deparado, a lo largo de la vida, sorpresas, algunas buenas y decadentes, otras sombrías, pero no por ello menos sorprendentes. El objeto de este relato, que seria falaz elucidar como fantástico (mis propios ojos han sido testigos fieles de la información que proporciona), es dar luz sobre un hecho bastante peculiar ocurrido algunos años atrás en un pueblo perdido entre lo que supieron ser vaquéanos y los avatares del progreso, situado en el limite de la provincia de Buenos Aires con La Pampa, y cuyo nombre omitiré para resguardar su dignidad.

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Había partido hacia aquel pueblo con toda la familia, con el fin de pasar algunos días en la tranquilidad del campo, lejos de la ruidosa y ajetreada capital, mas por estricta recomendación médica que por gusto (es inaudito como el estrés puede llegar a arruinar a un hombre).


Luego del viaje agotador, nos instalamos en la estancia “Los palmares”, perteneciente a mi gran amigo, el Doctor Julio O´Brien cuyo cabello alborotado y rojizo, delataba su neta ascendencia Irlandesa. Luego de la cena, ya dormidos los niños, en el silencio solitario de la noche campestre, Julio me invita a pasar a la biblioteca, aseverando que tiene en su poder unos volúmenes extraños y antiguos, adquirido en su ultimo Viaje a Europa, fingió no recordar la suma pagada por aquellos, únicos y secretos, según había proferido el parco bibliotecario que se los cedió a modo de contrabando. Preferí no indagar sobre la cuestión, puesto que lo ilícito tiende a causarme una suerte de rechazo, tanto por el acto como por los actores.

Eran en total seis ejemplares con cubierta de cuero negra, enumerados de tal forma que procedía a la omisión de los caracteres arábigos: III, V, VII, IX, XI, y XII. Todos ellos comenzaban en Latín, con las mismas palabras; traduzco textualmente: “Zhorenn, notario de los treinta y seis, distinguido entre sus pares y alabado por su pluma, ha de encomendarse a la tarea de llevar a cabo estos nobles documentos, que darán luz o destrucción a la posteridad. Hemos juramentado llevar la empresa hasta las últimas consecuencias, más allá de nuestra vida y de todas las vidas. Lo que así fue, así será”. Todos los volúmenes constaban de 333 paginas, enumeradas únicamente por números impares (aquí se presenta una contradicción con el libro numero XII, de la que luego me explayare), como dije anteriormente, la primera pagina escrita en Latín y manuscrita (siempre por la misma mano), las demás impresas con el arte rudimentario de las primeras tipografías. De estilo confuso, mezclaban pasajes en ingles, latín, alemán, griego, y un idioma aparentemente asiático que no logramos elucidar sino hasta tiempo después. En el caos aparente de transgresiones dialécticas, se consentía un breve principio ordenador: las paginas terminadas en 1 empleaban el latín; las que lo hacían en 3 el alemán; en 5, el ingles; las finalizadas en 7, el griego; y finalmente las que culminaban en 9, empleaban aquel idioma desconocido.

Julio dominaba el griego y el ingles; yo, el alemán y el latín, de esa manera, en vano trabajamos la noche tratando de elucidar el contenido del primero de los libros.
Había una conexión clara entre las páginas subsiguientes, excepto la primera que ya he mencionado, las demás constaban de la repetición de los hechos y de los treinta y seis, mecánicamente, sin variaciones, las mismas palabras y metáforas, a excepción de las locaciones y actores.

El primer gran error fue el de la generalización.

Julio sugirió que quizás se trataba de una especie de acertijo o laberinto, yo le recordé que el laberinto inextricable es el que consta de una línea recta, pero finalmente adherí a dicha idea, ambos presentíamos (temíamos) que quizás la resolución se encontraba en aquellas hojas de idioma ignoto. Mientras aquellas permanecían al amparo de nuestra ignorancia tratamos de develar el contenido de las demás.

El enigma se propagaba, en cierta pagina cuyo numero no recuerdo, pero que se encontraba en alemán, citaba lo siguiente, “Hemos asumido la cifra, la fachada, o el nombre, de los treinta y seis (der sechdreiBig), que enumera y recoge cada una de las verdades del universo, o una verdad (la única) de cada uno de los universos, lo que es al fin, una constante. La batalla contra los infieles nos ha delegado importantes bajas, huimos de los que profesan la fe del Cristo judío, somos perseguidos. El acero de la espada aun nos es noble, pero cada noche percibo como el círculo cierne sobre nosotros, somos traicionados en cada campiña y en cada ciudad; los espías de nuestra insignia nos han abandonado y los de las contrarias, nos carcomen. Una escuadra a cargo del gran general Utwer Von Drasch que nos supera en número y en vigor ha sido encomendada a destruirnos; en nuestros hombres se siente el temor casi palpable de la muerte inminente. Los treinta y seis generales tratan de elevar la moral de los nuestros, dar la vida por la verdad, es un final glorioso, apoteótico; pocos de nuestros hombres comparten tal apreciación; han comenzado las deserciones y las ejecuciones para evitarlas, los bravos guerreros de los treinta y seis que intentan huir, son primero difamados, luego, se les quema los ojos, se les corta la lengua, y se le atraviesan las orejas, mas tarde se les amputa sus miembros cauterizando las heridas para evitar la muerte, y por ultimo, se los abandona a su suerte en los caminos, sin extremidades y sin sentidos evitando la dolorosa traición; los mas afortunados mueren antes de culminada la empresa, los oficiales de mayor rango son favorecidos por la decapitación. La gran incógnita es si nos eliminaran los impíos infieles a la verdad, los pares y el infinito; o lo haremos nosotros mismos; al parecer, lo único que sostiene la lealtad, es el impiadoso castigo contra la sublevación y la traición.

El Barón negro nos aguarda en su fortaleza, ha puesto sus hombres a disposición de los 36 generales, las tropas del Barón son el ultimo bastión que nos separa de una derrota estrepitosa.”
Las mismas palabras se repetían en las cuatro numeraciones siguientes. La quinta, incógnita.
“Infames de la unidad, necios que aun no comprenden, ni comprenderán, que el infinito tiende a su complementario, al par; y que allí reside la verdad y el dios perfecto que propende a II (la escritura o alusión de su nombre sagrado y secreto se castiga con la muerte). Uno de los espías ha informado que Von Drasch, en el secreto de la noche, adora las verdades de los 36 universos. Esta información es poco fiable, aunque no imposible.

Nuestro retroceso es lento, solo tres lunas nos separan del barón y su ejercito.

El general Dietrich, segundo al comando se ha sublevado con un tercio de los hombres de la infantería; los caballeros y arqueros han permanecido fieles. El príncipe de Stutgaard, líder de los generales, prepara la estrategia desesperadamente, sin piedad. La replica ha de ser rápida y despiadada, puesto que Drasch a cargo de las fuerzas del emperador ha acortado demasiado las distancias.

Al amanecer los arqueros iluminan el cielo mortecino con las flechas incendiarias, y la caballería avanza destruyendo eficazmente las defensas soñolientas y circulares de Dietrich. Poco después, los heresiarcas deponen armas, participándose del suicidio para evitar la furia del príncipe, el general Dietrich es capturado, luego de implorar clemencia, esta le es concedida. Es ejecutado. Ahora su cabeza pende de la punta de una lanza junto a nuestro estandarte.

Hemos divisado, a los exploradores de las escuadras del emperador, el final se acerca, dos noches nos separan de las tierras del Barón. Los restantes generales han decidido obligar al príncipe, al destierro de la batalla, y delegarlo junto con una guardia formada por los mejores caballeros al castillo del barón; su lugar es ocupado por el tercer general, Pártamus. Los generales se reúnen, juramentan a Gustav, heredero natural del lugar dejado por Dietrich.
La huida es desesperada. La confrontación directa, imposible.

Es probable que este sea el último sol que ilumine nuestra bandera. Una muerte honorable al servicio de nuestro señor y el infinito nos pertenecerá, lo haremos arder con la ira de Stutgaard, representación de la verdad de los treinta y seis universos.”

El resto del primer volumen se diluye en descripciones burdas de los pormenores anteriores al fin, como un intento de dilatar los tiempos reales en los tiempos de la escritura.
Las últimas páginas del primer libro es una confusión de sangre y lucha, en un intento de traspasar la batalla del campo al escrito.

Solo el campo nos separa de Von Drasch, que nos dobla en número, envía a dos de sus mensajeros para negociar los términos de la rendición que cree un hecho. Pártamus se niega a recibirlos, quizás ineptamente.

La infantería de los hombres de la cruz avanza en un grito desaforado, lo único a lo que atinamos es a defendernos, los arqueros disparan sin cesar, muchos de los infieles mueren por las flechas de la verdad, pero nuestra arquería es reducida para acabar con tal cantidad de guerreros. Los infantes proceden a un contraataque frontal, y dos de los cuerpos de caballería atacan por los flancos. Comienzan a llover flechas de los herejes, sobre propios y ajenos. Gran parte de los guerreros de la cruz mueren al igual que nuestros nobles caballeros. Comienza el verdadero albur de la batalla, las tropas del emperador se habían dividido estratégicamente, y el segundo comando nos ataca por la retaguardia, ya todo esta perdido. Ese ataque sorpresivo, elimina nuestros arqueros, y luego de singular combate, al resto de la caballería. Aun veo nuestro estandarte en las manos tiesas de Pártamus junto con la cabeza del traidor. Los sobrevivientes somos capturados, sabemos lo que nos espera, pero no sentimos temor. De aquel temido ejército libertario de los treinta y seis, solo quedan acaso 200 hombres, cinco comandantes y yo.

Aceptar la fe del cristo o morir, esa es la cuestión. Los generales sobrevivientes son crucificados al negarse a develar el nombre sagrado. Los bravos guerreros ignorantes de aquel, son quemados vivos, muerte quizás mas aberrante que las anteriores, porque arderán eternamente en el infinito. A mi, se me perdona la vida, quizás de la forma mas vulgar, he aceptado la fe del cristo, he adorado su efigie, he traicionado mi verdadera fe, he develado el secreto. Pero con o voto de castigo, para que nadie ignore mi pasado de hereje, me fue arrancado un ojo y la mano derecha. Soy tomado por esclavo por el propio Utwer Von Drasch. Él mismo redacta el preámbulo de mis escritos. “Zhorenn, notario de los treinta y seis, distinguido entre sus pares y alabado por su pluma, ha de encomendarse a la tarea de llevar a cabo estos nobles documentos, que darán luz o destrucción a la posteridad. Hemos juramentado llevar la empresa hasta las últimas consecuencias, más allá de nuestra vida y de todas las vidas. Lo que así fue, así será”.
He dicho: mi señor, no comprendo. ¡Calla perro traidor! solo te he perdonado la vida porque en todo el reino no hay pluma que se compare con la tuya por lo demás merecerías una muerte lenta e infinita, dijo, luego rió socarronamente, y con un aire condescendiente dijo: ya entenderás.

Momentos, que me parecieron eternos, avanzamos rumbo a las tierras del Barón, el castillo es rodeado. ¡Cuan corta era la distancia a la salvación! Contradictoriamente, las puertas se abren, avanza un jinete solitario con un saco y una epístola. Las letras rudimentarias proferían: el círculo se ha cerrado, el pago por la libertad ha sido consumado y se encuentra en aquel saco. Que el dios que es par e infinito este a tu lado y salve al emperador de los herejes. En el saco se encontraba la cabeza del Príncipe, en la que aun perduraba el gesto de asombro y terror.
La cabeza de mi señor fue enclavada junto a la cruz”.

*Continuara algún día.

12 julio 2006

Palabras más, palabras menos


Muchas veces las palabras no sirven de nada, otras si, pero son irrelevantes. El acto de definir inexorablemente tropieza con palabras que rara vez tienen la significancia precisa de lo que sucede en nuestro interior, y entonces un velo de arbitraria paradoja se inmiscuye entre la oración y el hecho en si: Lo que siento no es lo que digo por el solo hecho de que no se siente en palabras, pero estas son el método principal para llevar hacia fuera lo que es interno; de modo que todo vocablo surgido así, por más sincero que se crea, termina siendo falaz, pueril, o infame –o todas a la vez-.

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Quizás, y sobre esto deposito mi dudosa esperanza, el lenguaje corporal sea lo menos artero, ya que se moviliza por carriles distintos al hecho dialéctico… ¡Cuantas veces he visto que la palabra amor para el enamorado per se, deja gusto a nada, o a poco, dependiendo del estado, y este se desespera tratando de crear un neologismo efusivo que abarque todas esas cuestiones negadas por el verbo potencial! Es de esta manera debido a que el lenguaje dialéctico no tiene valor real, sino escasamente denominativo, una vulgar salvajada que tiende a seccionar lo vital de lo experimentado… llámese amor, desamor, tristeza, odio, vacilación, o como más se quiera… si hasta “Felicidad” es una expresión esquiva e insolente. Así, los términos que solo pueden definir lo estático, se contraponen a la dinámica que corresponde en regla de necesariedad al hecho de vivir.

La existencia y todo lo que a ella compete es irreductible a meros vocablos; lo hacemos, según creo, por la exasperante necesidad de inventar un maravilloso artificio: El de ser comprendido, el de darse a comprender, el de sentir compañía –de alguna manera-. ¿Cómo te enterarías sino, a la lejanía imposible del recuerdo, de la profunda tristeza que me abarca al no tener más remedio extrañar? El problema es que cuando digo extrañar pienso en algo que ya de por si se aleja a lo que siento, y por antonomasia, por las cosmovisiones que han sacudido tu existencia, comprenderás algo completamente distinto al sentido que movió en principio todo aquello. Así, la distancia va aumentando a medida que los malos entendidos se expanden, cosa que es inexorable. Todo esto nos conduce a una doble complejidad de la comunicación.

¿A qué me refiero con ‘Brutal salvajada’? las términos pueden conectar distintas cuestiones dentro de uno, teñidas de una carga emotiva –tengamos en cuenta de que hablo de sentimientos-. Imágenes, conceptos, porque también las palabras requieren de un feedback con conceptualizaciones anteriores; pero todo esto se pierde en la expresión… solo quedan letras perdidas en el intermedio del que emite y el que recibe. Es casi estupido suponer que el otro pueda contener todas aquellas experiencias que en nosotros se convierte en vocablo, así, tanto más estupido es sostener que se nos está comprendiendo…

06 julio 2006

El decoro sigue de vacaciones en Turkmenistan


Y mientras el decoro se fue de joda con las ideas haciendo tren fiestero con la inspiración, no me queda otra cosa que pegarle a los infames.

Argos:

¿Qué es un decontructivista? ... Un post estructuralista con verguenza.

¿Y el feminismo? Un problema hormonal con aires de sistema filosófico y verguenza post estructuralista.

¿Y el machismo? Un problema hormonal que ni siquiera llega a sistema filosófico.

¿y el existencialismo? Una macaneada pura.

¿y el nihilismo? Un divertido juego de la adolescencia.

¿Y el racionalismo? El sueño de un pobre muchacho.

¿Y la ciencia? Un acto de neo paganismo en pos de mistificación.

¿Y el vitalismo? Otro sueño de otro pobre muchacho, o quizás del mismo pobre muchacho.

¿y la filosofía? Otro acto de paganismo, pero que contiene la destreza mefistofelica de los años transcurridos.

¿Y la religión? Bueno... una especie de nihilismo menos hipócrita y más idealista.

¿Y vos? ¿Qué sos vos? Bueno, eso es lo que nos preguntamos todos ¿no?

Sin ganas de escribir...


… intemporales, sin ente, los que conocieron las reminiscencias del mortecino resplandor que iluminó el cielo de la bella Cartago.

Dieron señas del puñal y de la adarga que algún día alzarías esperanzado contra otros, que entregarían al igual que tú, sus efímeras vidas en honor a distintas causas. Nunca supiste, nunca quisiste saber, que las causas, aunque honorables, vistas en el lapso de una eternidad resultan efímeras tanto como las vidas de aquellos quienes las enarbolan.

Ya mil fuegos atravesaron Cartago; y sus ruinas, con distintos nombres, razas, y colores, han sabido regresar, fielmente –en vocación absorta-, una y otra vez a sus llamas.

(Bella paradoja de la noche que siempre es todas las noches)

Defectos de la mujer


Esta cita se encuentra en un pequeño librito llamado "Heterodoxia".

"...Dice La Rochefoucauld que los defectos nacen de la exageración de las virtudes. Las virtudes de la mujer son su altruismo por la especie, su capacidad de sacrificio personal por los hijos y los hombres bajo su cuidado. Por eso mismo su mundo es concreto y pequeño, personal y vital. Pero de ahí a las pequeñeces y, lo que es peor, a la pequeñez, hay un paso; y al egoísmo de hormiga, al comadreo, el chismorreo pequeño, a los celos viscerales.

El hombre también se equivoca, pero al menos se equivoca haciendo una guerra mundial o un sistema filosófico."

Pd. La ironia del presente no me pertenece, vayanle a agradecer a Ernesto. Lo mio se confunde en la atrofia intelectiva.
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