21 abril 2008

El presente absoluto - filosofía de tocador

El presente absoluto, es una recopilación de artículos publicados por Tomás Abraham en medios gráficos y digitales, en un periodo que se inicia con la caída del gobierno de Fernando de La Rúa -2001- y culmina en el 2006, aunque como señala el autor: “termina en el 2006, podría seguir con otros volúmenes hasta llenar una biblioteca borgeana”.

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Con una prosa encendida, de manera directa y sin buscar simpatías, el autor aborda temas urticantes, como, entre otros, la igualdad de derechos entre Blumberg y las madres de plaza de mayo para reclamar justicia, la utilización política de los derechos humanos, y la elaboración de una violenta crítica al periodismo argentino, donde no olvida a Mariano Grondona, su blanco predilecto –para más información, leer “los negritos del doctor Mariano Grondona”. Historias de la Argentina deseada-.


“La actualidad le plantea al filósofo un problema: la relación entre tiempo y pensamiento”, y Abraham lo resuelve con una metodología que resulta extraña en un filósofo: la utilización de la opinión, ya que esta se guía por las apariencias y, por lo tanto, es variable –definición de diccionario acerca de la doxa-. A consecuencia de esto, pueden apreciarse dos cuestiones importantes: algunas contradicciones entre distintos artículos de la obra, producto de la evolución misma de los hechos a lo largo del tiempo, y una falta de profundidad inherente al método empleado, que lleva a conclusiones algo simplistas, por ejemplo respecto al periodismo: “Hay que tener al consumidor excitado con la novedad. No hay tiempo ni es el propósito crear relaciones sino atraparlo al cliente (…) con el pinchazo de un alfiler que le de muestra que está vivo”.

Para este filósofo, la opinión es una construcción que se realiza a partir de otras opiniones, de símbolos y de imágenes, aunque omite mencionar que todas estas variables son endebles, que se digitan a través del poder, conformando lo que se denomina “sentido común”, y que a lo largo del tiempo se encontrará con otras opuestas que serán predominantes, porque la doxa en la argentina dura lo que las saturnales económicas y el viento de cola. La doxa es, en si, la negación de cualquier estudio sistemático.

El presente absoluto tiene una barrera implacable y una conclusión abrumadora. Lo inexorable es el transcurso del tiempo y la pérdida de vigencia de unos ensayos que se ajustan más al diario o al blog que al formato de libro. La conclusión es inquietante y lúcida: la complacencia y la demagogia sumergen al país en ciclos de crisis evitables, por el mero afán de agradar, de buscar aficiones hasta el agotamiento y luego, cuando las resultas del agotamiento se ponen en evidencia, los mecanismos varían de manera inversamente proporcional con el ejercicio de sus herramientas: coptar, corromper y silenciar. La crisis es el presente absoluto de la Argentina, y Abraham, por lo menos, sugiere honestidad intelectual.

09 abril 2008

Despedidas

Argos sonrió de perfil, con ese desprecio tan característico suyo y me susurró al oido: "el problema de los dragones es que cuando se les termina la magia se convierten en viejas lagartijas que sólo pueden aspirar al olvido". Su aliento de tabaco y mentas fue el vaho que ensombreció el resplandor de aquel atardecer furibundo...

Con un ritmo estertoreo, como arrastrados por el temporal y las predestinaciones, aun pueden escucharse algunos versos tristes de Poe en aquella esquina donde por ùltima vez nos vimos.
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