08 enero 2007

Lo subliminal

Argos dice que el genero epistolar es una de las ramas de la literatura fantástica... que a veces la vida es una rama de la literatura fantástica.

"Inconcluso busco, en las rupturas shamanisticas de la intemporalidad, las palabras que describan este momento en el que el sol ya ha caído.
Miro a través del ventanal mientras conjugo el segundo cigarrillo de este atardecer confuso.

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Entre estas cavilaciones, que son todas y ninguna, hay solo unas pocas constantes, una de ellas es tu imagen, la de afuera; la que se niega a abandonarme. La otra también es tu imagen, pero la compleja, la de adentro…

Miro, pienso y escribo, convulsivamente. Te recuerdo siempre. Y esa cuestión refleja de tenerte siempre en mente tiene sus partes contradictorias, ya que el recuerdo amplia las distancias, lleva implícito el hecho de hacer presente tu ausencia, tus caricias que no siento. Sin embargo, presiento que me repito cada vez que te escribo, y en verdad no quisiera aburrirte con historias de faquires que siempre creyeron y de labios que siempre se equivocaron. Así paso del entusiasmo que empuja cada uno de los puntos en donde existo a la melancolía.

Melancólicamente soy distinto, soy el otro, al que le aplauden por mostrar las variedades y la onda persistencia de la soledad. El otro necesita no encontrarte.

El tercer cigarrillo del atardecer me encuentra haciendo el esfuerzo por reactivar alguna esperanza. Luego, debilitado, sentiré la primera de estas lágrimas que te pertenecen, y que encuentran una muerte solitaria en sobre las multiplicidades de mi anotador. Pero de momento sigo entregándome a este juego en el que vos nunca llegás, en el que otra noche se hundirá apaciblemente en una nada no absoluta, pero si absorta.

Sobre vos –ya no sé si sos la nada o el artificio de mis palabras-, me quedan varios escritos y varias preguntas, pero solo una me atormenta ¿Cómo es posible elucubrar recuerdos sobre los que jamás se tuvo? Negando la milenaria sapiencia de la filosofía occidental (1), prefiero establecer que si, que alguna vez corrimos de la mano por aquella playa solitaria, esquivando las primeras furias de la tormenta; pero a destiempo, en otras manos, aunque siempre fue la misma tormenta, la misma playa y los mismos –equivocados- otros (2).

Puedo esforzarme más, puedo conjeturar tu existencia real en base a lo que dejás: este sórdido y cruel vacío, estas cavilaciones noctámbulas. Esto me dice que en algún punto recóndito del orbe quizás escribís estas mismas palabras con distinta caligrafía, la de un futuro posible pero improbable.

Tengo la certeza de que en la multitud de posibilidades que presenta la tan mentada linealidad temporal sos posible; que en las innumerables configuraciones de almas, de manos y cosas, tu sonrisa resplandecerá de una vez, habiendo conseguido el infinito su logro máximo. En este caso solo lamentaría mi propia brevedad, saber que entraríamos en un absurdo, puesto que ya estoy dentro de las posibilidades del tiempo, y vos, quizás, no. Entonces, cuando el último hombre posible haya existido, y el todo vuelva a reiterarse en las variaciones ya viejas y gastadas de la redundancia, vos y yo seguiríamos separados, en la eternidad y en la infinitez, sin poder escapar a esa cuestión de arbitrios y desesperanza a las que nos doblega algún dios, que quizás se llame azar(3).

Argos rie en este momento, dice que el genero epistolar es una mera rama de la literatura fantástica, al igual que la metafísica y el psicoanalisis. Rie socarronamente… si tan solo pudiera alejarlo unos momentos, mientras te escribo a vos, a vos que dominas todas mis dudas, mis existencias, mis arbitrios…"

Notas del editor

1: La negación es arbitraria, ya de esto hubieron tratado schopenhauer y Nietzsche.
2: Concepto de la dialéctica Hegeliana.
3: Concepto maieristico: El azar absoluto es una de las aporias de dios.

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